Cada vez son más los adolescentes que se plantean el conseguir un empleo y dejar el colegio. ¿Es una buena alternativa o se comprometerá el futuro para siempre?
“Las razones son múltiples y el tema es muy complejo ya que las posibilidades de que un joven encuentre un trabajo sin experiencia y sin tener los estudios básicos completos es altamente improbable”, sostiene el sociólogo español Arcadio Gutiérrez Melo.
Razones de los jóvenes para dejar de estudiar:
Influencia de las amistades: el grupo social en el que los alumnos se mueven puede influir tanto para bien como para mal. “Si hay amigos cercanos que han dejado de ir al colegio o pretenden hacerlo, es posible que manipulen de una u otra manera la conciencia del resto. El hecho de siquiera plantearse el abandono escolar es una señal de alarma importante”, comenta el profesional.
Independencia económica: “Aunque para muchos jóvenes es cómodo tener todas las necesidades cubiertas, en el fondo no les gusta depender del dinero que los padres le dan, si es que lo pueden hacer. El deseo de liberarse de esa tensión y dependencia hace también que quieran quemar etapas y ponerse a producir dinero”, aconseja Gutiérrez Melo.
Entorno escolar: “Los alumnos que no encuentran motivación por las materias que ven en el colegio tampoco pueden hallar refugio en los maestros ya que en raras oportunidades demuestran una dedicación mayor hacia aquellos jóvenes desorientados y que no tienen interés en superarse intelectualmente. Las autoridades deberían encontrar la manera de poder interactuar con estos alumnos”, recomienda el sociólogo.
Muchos alumnos se ven superados por determinadas asignaturas que no llegan a entender. “Comienzan a sentir rechazo y aumenta la actitud negativa.
En este estado es más sencillo auto compadecerse. El fracaso continuado es uno de los factores que más influyen en la conciencia de estos jóvenes para querer abandonar los estudios”, expresa Gutiérrez Melo.
Estadísticas:
En España, el 30 por ciento de los jóvenes que terminan la escuela secundaria no continúan los estudios.
En México, el 52 por ciento de los alumnos de 18 años no continúan su educación.